Mi suegra

 Mi Suegra

Por: Danna Azcarága

Mi nombre es Marcus y esta es mi historia, siempre he sido un chico muy atractivo, desde pequeño las mujeres me declaraban sus sentimientos, eso me enorgullece mucho, pero intento no tomarle tanta importancia. Mi vida es bastante tranquila, casi todo el tiempo me encuentro concentrado en la escuela, es una de mis más grandes pasiones, me gusta ser el mejor en casi todo lo que hago, lo malo es que normalmente cuando lo consigo me rindo y lo dejo para después, era feliz y nunca lo valoré... Creo que la frase de más abuelas, esa que dice que no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes, es verdad. Si solo hubiera sido más inteligente, nada de esto estaría pasando; todo comienza el día de fin de cursos, los estudiantes fuimos invitados a una fiesta nocturna, la describían como la mejor, diciendo que quedaría en la memoria de los que fuéramos, obviamente yo acepté.

La celebración era buenísima, la gente se la estaba pasando excelente, yo bebía con algunos de mis amigos, cerca de la mesa principal, mientras veía a otros chicos que subían con sus parejas a las habitaciones del segundo piso, solamente querían coger, siempre se trata de eso y ahí era la mejor oportunidad, al día siguiente ninguno recordaría bien lo que hizo la noche anterior. La música sonaba a todo volumen y algunas mujeres, ya con copas encima, perreaban a cualquiera que se les acercara, algunos aprovechaban para disfrutar de la vista y el sentimiento, pero yo no, no me agradan esas cosas, me gusta que las chavas estén en todos sus sentidos al momento de querer coger conmigo.

El ambiente se puso un poco tenso cuando dos compañeros comenzaron a pelear porque uno de ellos le coqueteó a la novia del otro. Observé el momento en el que el primero le soltó un puñetazo en el rostro y lo hizo caer. Preferí salir de la casa, en el exterior algunos fumaban y bromeaban, yo me alejé un poco, la noche era hermosa, las estrellas brillaban en lo alto, de pronto escuché unos pasos detrás de mí, me giré y me encontré con una chica de cabello oscuro y ojos marrones, usaba una blusa azul marino, ella me sonrió y yo hice lo mismo, no me parecía conocida de la escuela, era extraño ver caras nuevas por estos rumbos, di unos pasos hacia atrás y me coloqué a su lado.

-¿Eres nueva por aquí? -Le pregunté, con curiosidad.

-Un poco, mi familia se acaba de mudar y me invitaron a esta fiesta para conseguir amigos -Me respondió, con una sonrisa.

-¿Y por qué no entras? Es una buena fiesta, es una buena manera de conocer gente interesante.

-Tú estás afuera.

-Si, pero yo ya los conozco y ellos a mí, creo que tú tendrías más oportunidades.

-Pero tú me pareces interesante -Reí un poco ante esa afirmación.

-¿Cómo te llamas?

-Estefanía, mis amigos me llaman Teffy.

-Me llamo Marcus.

Estuvimos platicando por toda la noche, ¡Era muy divertida! Nunca había tenido la oportunidad de conocer a alguien que fuera tan interesante, Teffy recorrió todo el país a lo largo de su vida, su familia cambia de hogar constantemente, lo que le permitió conocer muchos sitios y descubrir varias experiencias dignas de ser contadas. Durante varias semanas conversamos por redes sociales, ella era perfecta, tenía todas las cualidades que cualquier hombre buscaría en una mujer, siempre que hablaba con ella me sorprendía con algo nuevo, simplemente no me cansaba de estar a su lado; me volví su amigo más cercano, hacíamos videollamadas y fue así que me di cuenta de que estaba enamorado. Unos meses después finalmente me decidí a contarle mis sentimientos, fui a buscarla a su casa, era bastante grande y lujosa para el promedio, me sorprendía que tuvieran dinero para mantener un sitio como ese, pero siempre que intentaba saber algo de la familia de Teffy ella intentaba cambiar el tema y si ella se sentía incómoda yo lo dejaba pasar. Abrió la puerta y le pedí que fuera mi novia, saltó de emoción y después me dio un exquisito beso en los labios, sentí su lengua bailando con la mía, la calidez de su boca inundando todo mi ser, jamás tuve una sensación como aquella en toda mi vida, fue una consumación de mi amor por ella, era el chico más afortunado del mundo.

La relación solo iba para mejor, poco a poco nos acercábamos más, nos veíamos todos los días, reíamos y pasábamos el rato. Mis calificaciones aumentaron y todos mis amigos se alegraban de ver lo que había avanzado solamente con la presencia de una chica en mi vida, incluso mis padres se sentían orgullosos de mi desempeño. Un día mientras estábamos en un parque completamente solos, ella me dio un beso y se subió sobre mis piernas, sentía el calor y mi pija ni tardó en reaccionar, nuestras respiraciones estaban agitadas, pero ninguno de los dos quería parar, finalmente los dos tuvimos que separarnos para poder descansar, ella me miró, jamás olvidaré esos ojos hermosos.

-Tengo que presentarte con mi mamá -Esas palabras me tomaron por sorpresa, desde que la conocía jamás se atrevió a hablarme de ella ¿Por qué ese repentino cambio? ¿Sería que finalmente sería considerado digno? Me alegró, la sujeté de los brazos y la levanté dándole vueltas, estaba emocionado.

-¿En serio? -Le pregunté-, ¿Quieres que conozca a tu madre?

-¡Si! ¡Estoy enamorada! ¡Te amo! ¡Nunca he estado tan feliz con alguien!

Ahí fue donde mi destino se cerró. La felicidad no puede durar para siempre ¿No? Esa es la maldición de todos, nadie debería disfrutar esos momentos temiendo que se acaben en algún punto... Pero bueno, ya no se puede hacer nada. Estaba muy entusiasmado por conocer al primer familiar de Estefanía, me puse una de mis mejores ropas y acudí a la hora en punto, sin un solo minuto de retraso. Llevaba un ramo de rosas, quería dar una buena impresión, demostrar que a pesar de no ser un millonario como lo era ella, podía ser digno de tener conmigo a su hija, mis manos sudaban un poco y sentía la garganta seca, por mi mente cruzaban muchas dudas ¿Qué pasaba si me consideraban un estúpido sin futuro? ¿Y si le prohibían verme? ¿Y sí...? Cada una de esas ideas me hacía sentir aún más inseguro, tal vez era mejor eso de que no me conocieran, mis nervios estaban llegando al punto en que consideré la oportunidad de salir corriendo y decirle que se me presentó un imprevisto o algo, pero lamentablemente fue muy tarde.

La puerta se abrió y frente a mí apareció una mujer espectacular, era mayor, tendría unos cincuenta y tantos años, pero su cuerpo estaba perfectamente conservado: solo mostraba unas cuantas arrugas en su rostro, su piel se veía suave y tersa, su cuerpo era exuberante contando con dos grandes pechos y un trasero que volvería loco a cualquiera que lo viera, su piel era un poco bronceada. Llevaba una falda con unas botas que le llegaban hasta las rodillas, acentuando su sensualidad natural; estaba como idiota hasta que Teffy apareció desde dentro, corriendo para saludarme, eso me ayudó a recobrar la compostura, ella debía ser su madre, eso explicaba por qué Estefanía era tan especial.

-¿Tú eres el famoso Marcus? -La mujer me miró de arriba hacia abajo, como si intentara analizarme.

-Si mamá, es él. Marcus, ella es mi madre.

-Mucho gusto, señora -Incliné un poco mi cabeza para saludarla, pero ella se dio la vuelta, como si no quisiera ni siquiera dame una oportunidad. Odio cuando la gente hace eso, juzga a los demás sin siquiera conocerlos, supongo que se notó en mi rostro porque Teffy se apresuró a volverme a abrazar, tomó su ramo de rosas y ambos ingresamos a su casa.

-No te preocupes, mi amor, ella es así, parece muy mala, pero en el fondo tiene un corazón muy grande -Me dio un beso en la mejilla y se sujetó de mi brazo.

Llegamos hasta el comedor, era gigantesco, tomé asiento a un lado de mi novia y su madre se colocó delante de nosotros, al mismo tiempo nos entregó dos platos de comida, era deliciosa, no supe cuándo, pero ya había terminado, durante ese rato nadie dijo nada, todo fue completamente silencio lo cual me incomodaba bastante, sentí que no era bien recibido en ese hogar, pero todo se calmó cuando la madre volvió a hablar.

-Y dime, Marcus, ¿Cómo te va en la escuela?

-¡Es el mejor de su clase! ¡Todos los maestros lo adoran! -Respondió Teffy antes de que yo tuviera la oportunidad de abrir la boca siquiera.

-¿En serio? Eso si es interesante... ¿Es cierto lo que dice mi hija?

-Si bueno... Soy bueno en lo que hago, y me gusta esforzarme para conseguir lo que quiero -Le respondí, tratando de sonar lo más serio posible.

-Vaya, yo pensé que eras un vago sin futuro.

-¡Mamá! ¡No empieces!

-¿Qué? Él merece saber la verdad, la honestidad es muy importante. Cuéntame más, ¿Qué pasatiempos tienes?

-Mmmmm bueno... Suelo hacer deporte, soy muy bueno en el fútbol, además me alcanzo a costear un gimnasio, me agrada cuidar mi cuerpo -Quería mostrarle que valía la pena mi compañía en la vida de su hija, impresionarla.

-Vaya, un chico completo ¿Cómo lo conseguiste, hija? Tú siendo tan simple -Ese comentario me tomó por sorpresa, Teffy solo bajó la cabeza, triste.

-Ella es una chica muy buena, señora, a mí no me parece simple, creo que es la más especial de todas las mujeres -Intervine, tratando de hacer que mi novia se sintiera un poco mejor. Su madre solamente rio.

-¿Eso piensas? Se nota que no has conocido a muchas entonces -Me miró y sonrió.

Después de aquello su madre estuvo conversando conmigo, haciéndome preguntas sobre mi vida y cosas así, parecía auténticamente interesada en esos detalles. Cuando llegó la hora de irme, ella me comentó que quería saber más de mí y que con todo gusto me recibiría todos los días a la hora de la comida, ya que, si en verdad quería estar con Estefanía debía ganarme mi lugar en esa familia. Teffy me acompañó hasta la puerta, le di un beso en los labios, pero la noté un poco extraña.

-¿Qué te pasa, mi amor? -Le pregunté.

-Nada, es solo que... No sé, nunca vi a mi madre ser tan amable con alguien, ni siquiera conmigo, eso es extraño.

-¿Ves? -La sujeté de los hombros-, eso es una buena señal, significa que si le di una buena impresión y que aceptará nuestra relación.

Después de eso, convencí a mi madre de que me permitiera ir a la casa de Estefanía todos los días a comer, siempre era diferente y cada una más deliciosa que la anterior; me encantaba estar en ese sitio, sentía un ambiente de tranquilidad siempre que entraba por esa casa, las cosas mejoraban, parecía que Teffy y su madre empezaban a llevarse mejor, ya que reían y bromeaban entre ellas, me sentía orgulloso de formar parte de ese cambio tan repentino de actitud. A la par de aquello comencé a darme cuenta de algo, cuando no estaba en ese hogar me era casi imposible concentrarme en cualquier cosa, mis calificaciones descendían, porque no era capaz de recordar o aprender, mis ideas siempre giraban en torno a mi novia y su madre, al menos al principio era así, pero después la que me parecía más importante era su madre... Tenía un toque de misterio que me fascinaba, empecé a dejar de estar en mi casa para pasar el tiempo con ellas, cuando estaba frente a la señora no podía dejar de ver sus facciones tan finas y bien conservadas, sus grandes pechos y el trasero que cargaba detrás de ella, yo sabía que eso estaba mal, pero no podía controlarme era como si fuera un deseo profundo que me atacaba día y noche. De pronto, Teffy ya no me atraía tanto, solo era la excusa perfecta para ver a su madre.

A la par de aquello, mi cuerpo también sufría ligeros cambios que con el tiempo comenzaron a ser más notorios. Mis músculos se desvanecían lentamente, al grado en que en unas cuantas semanas había perdido una gran parte de mi masa muscular, mi cabello crecía más rápido de lo normal y mis pezones se irritaba con facilidad, además mis erecciones ahora parecían ser mucho más pequeñas; lo último era algo que en verdad me causaba problemas porque me era más difícil darle placer a Teffy e incluso me imaginaba que ella ya lo habría notado, solamente que prefería mantenerme callada en vez de humillarte con esa pregunta.

Me alejé de mi familia y de mis amigos para que no notaran mis cambios y constantemente acudía a un barbero para que me cortara el cabello y lo dejara como siempre. Aun así, esas modificaciones me parecían insignificantes. Un día como todos los demás llegué a la casa, pero la que me recibió fue la madre de Teffy, eso me sorprendió, normalmente siempre era su hija la que me abría y me saludaba.

-¿Marcus? ¿Teffy no te avisó que hoy llegaría tarde? -Me preguntó, eso me puso triste, ya que sabía que ese día no podría convivir con ellas.

-No, no me avisó nada... Pero okay, okay, entonces regreso más tarde. -Iba a darme la vuelta cuando me sujetó del brazo.

-Espera, no, ¿Por qué te vas? Si ya estás acá, lo mínimo que puedo hacer es darte de comer -Después me jaló hacia el interior y yo no pude resistirme. Me llevó hasta la mesa y todo procedió igual que siempre, aunque se notaba un poco la ausencia de Teffy-, te ves diferente, Marcus, ¿Qué te pasó?

-Si bueno yo... No sé, estoy enfermo o algo así, pareciera que estoy perdiendo mi forma atlética, he pensado en ir al doctor, pero aún no tengo el tiempo suficiente -Le respondí mientras terminaba mi plato, vi sus ojos, era hermosa, la clara representación de una milf, tenía ganas de lanzarme sobre ella, pero podía controlarme.

-Eso es una lástima, un chico tan atractivo que está perdiendo su encanto... Eso es desaprovechar tanto potencial -Ella se puso de pie y su tono de voz había cambiado radicalmente, se acercó a mí y se colocó delante, su rostro estaba a unos centímetros del mío-, dime algo -me susurró en el oído- ¿Te parezco atractiva?

-Yo... Yo... -Estaba tan nervioso que las palabras se atoraban en mi garganta ¿Qué se suponía que debía decir?

-No me respondas, yo sé que sí -Colocó su dedo en mi pecho y comenzó a bajar, acariciando todo lo que estuviera en su camino... se sentó sobre mis piernas, sentí sus nalgas gigantes y mi pija reaccionó de inmediato-, un chico como tú no se merece a alguien como Teffy.

Me dio un apasionado beso, sentí sus carnosos labios uniéndose con los míos, su lengua entraba en mi boca como si no hubiera un mañana, al mismo tiempo ella movía sus caderas para generar fricción y seguirme excitando, nunca antes había estado tan caliente como en ese momento... Era lo que soñé por tanto tiempo y ahora era realidad. Llevé mis manos a su culo y comencé a acariciarlo por encima de la ropa, estábamos tan concentrados en eso que ni siquiera recordaba a Teffy, quería que ese momento durara para siempre. El sonido de nuestras respiraciones y de la humedad del beso inundaba toda la habitación, sus brazos rodeaban mi cuello y no recorría su cuerpo con mis manos, admirando cada parte de él, era una diosa, ni existía otra palabra, cualquiera quisiera tener un cuerpo como ese, tan perfecto y pervertido. Ella me detuvo, colocó su dedo índice sobre mis labios y después bajó su mano hasta que llegó a mi pene por encima de la ropa, jugueteó un poco con él y después me sonrió llena de lujuria.

-Vamos a mi cuarto... -Me volvió a susurrar.

La sujeté de las rodillas y la cargué sin separarme de ella, rio un poco ante mi atrevimiento. Llegamos a su cama y la coloqué en el suelo, ella me lanzó sobre la cama y después volvió a comerme la boca. Con sus manos comenzó a desabrocharme el pantalón, mientras su lengua seguía jugando con la mía; cuando me dejó desnudo de la parte baja, mi pene brotó como un mástil, ella se separó y se lamió los labios, acercó su rostro y comenzó a hacerme un oral. Su boca era tan deliciosa, su lengua rodeaba mi verga mientras con una de sus manos acariciaba mis testículos, cerré los ojos, me sentía en el cielo mismo, ninguna de las chicas con las que me había acostado tenían esa habilidad en la cama, él sube y baja se sentía exquisito. Pensé que en cualquier momento me vendría, pero ella era una experta, justo cuando estaba a punto de hacerlo, ella se detenía y volvía a besarme, el sabor de mis propios fluidos en mi boca inundó mis sentidos.

-¿Te gusta? -Me preguntó, con una voz sensual.

-Sí...

-Es lo que siempre quiste ¿No? Estar aquí... Conmigo. Sentir a una verdadera mujer -Se puso de pie y se desnudó.

Su cuerpo era aún más bello que antes, nunca vi una mujer así, tenía el aspecto de una diosa, merecía ser respetada y cuidada, se subió sobre mí y colocó mi verga en la entrada de sus labios vaginales, jugó un poco con ellos y después me dejó entrar. Esa sensación recorrió todo mi cuerpo y lo estremeció, ella soltó un leve gemido y después comenzó a moverse, era fantástica, toqué sus senos mientras ella me usaba como un objeto de placer. Sentía un succionar de parte de la vagina de ella, era perfecto. Ella se agachó y lo volvió a besar, sin detener su movimiento de caderas, se sentía tan caliente que era capaz de imaginar cualquier tipo de perversión con esa mujer, no le importaba que se tratara de la madre de su novia, ella era mejor, valía la pena completamente.

-Jamás olvidarás esto... -Me susurró.

Después de eso no pude contenerme más, fue como si algo dentro de mí explotara, el semen escapó como una manguera rota, nunca antes me vine con tanta potencia, tuve que cerrar mis ojos para soportar todo ese placer. Ella también soltó un gemido cuando mi semen se derramó dentro de su vagina, siguió moviéndose, pero yo ya estaba muy cansado y agotado, me sentía sin fuerzas, sin darme cuenta me quedé dormido en su cama. Mis sueños fueron turbulentos, no era capaz de descansar del todo, y mi mente parecía estar a punto de colapsar.

-¡¿Quién eres tú?! -Preguntó una voz conocida, abrí mis ojos lentamente, pero tuve que cerrarlos de inmediato otra vez debido a la luz. Cuando mi vista se aclaró, vi a Teffy molesta delante de mí.

-¿Qué? -Mi voz sonaba extraña, demasiada-, ¿Teffy?

-¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y por qué estás desnuda en la cama de mi madre? -Me preguntó, eso me sorprendió, ¿Desnuda? Fue entonces que recordé lo que acababa de suceder con su madre, abrí mis ojos rápidamente y bajé mi vista, pero lo que encontré fue peor, ahora tenía dos montículos en mi pecho, ¿Qué demonios...? Moví mi cabeza un poco y un mechón de cabello marrón cayó a mi lado, me puse de pie de golpe, asustado y lleno de miedo, me acerqué al espejo principal de mi recámara y vi mi reflejo.

-¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ ME PASÓ?! ¡¿POR QUÉ SOY UNA CHICA?! -Movía mis brazos como si quisiera comprobar en verdad que se trataba de mí el que aparecía en esa imagen.

-¡¿Quién eres?! ¡Contesta ahora o llamo a la policía!

Intenté cubrir mis nuevas partes íntimas de Teffy, corrí hacia la cama una vez más, me tapé con una de las sábanas, estaba en shock ¿Qué me había pasado? ¡Yo era un hombre! Al menos hasta hace unas horas solía serlo... ¿Qué podría haber pasado?

-Yo... Yo soy Marcus -Le respondí, mi voz sonaba igual a la de una chica.

-¿Marcus? -Eso le causó gracia-, pues por lo que vi ahí abajo, no te pareces en nada.

-Teffy, te juro que soy yo, no sé cómo pasó, yo estaba bien... Esto, esto no puede estar pasando -Intentaba buscar una explicación, pero no tenía ni idea de qué sucedió.

-No sé quién seas y no sé si estés loca, voy a llamar a la policía.

-¡Noooo! De verdad soy yo... Pero no entiendo cómo sucedió -Le respondí-, vamos pregúntame algo que solo yo sepa... vamos, por favor, necesito tú ayuda.

-¿Cuántas veces lo hemos hecho? -Preguntó torciendo los ojos.

-Dos veces... Una en el parque y la otra aquella vez que tu madre salió a cuidar las plantas -Ella frunció el entrecejo y después soltó el teléfono.

-¡¿Cómo?! ¿Quién eres para que él te haya contado esas cosas?

-¡Soy yo! Teffy, tienes que creerme, soy el mismo que conociste aquella vez en la fiesta -Mis ojos se llenaron de lágrimas-, no sé cómo terminé así, pero soy yo...

-No sé por qué, pero tus ojos... Veo en ellos algo que conozco, tal vez si seas tú -Se acercó un poco-, pero me parece imposible que seas una mujer ahora.

-A mí también yo... Yo no... No sé cómo ¿Por qué? ¿Por qué podría pasarme esto a mí?

-Espera que te traigo algo de ropa.

Mientras ella se fue yo aproveché para observarme mejor, me acerqué al espejo nuevamente, me veía un poco mayor, pero tenía que una figura bien conservada, mi amigo de abajo se había desvanecido por completo, dejándome una vagina totalmente igual a la de una verdadera mujer, mis tetas no eran tan grandes como las de la madre de Teffy... Es cierto ¿Dónde estaba su madre? Mi novia regresó y me entregó una bata de baño.


-¿Cómo te sientes?

-Extraño, todo es muy diferente, siento un vacío donde estaba mi amigo -Le dije, apoyándome de su hombro-, es raro también tener el cabello tan largo.

-Encontré esto... -Me mostró una carta que venía membretada por su madre hacia nosotros-, al parecer mi madre dejó esto.

Para Marcus y Estefanía:

"Hola chicos, si están leyendo esto es porque todo salió de acuerdo a mi plan. Primero que nada, Teffy no llames a la policía, esa mujer que ves en mi cama es tu novio Marcus o al menos lo era. Para ti, Marcus, gracias por la mejor sesión de sexo que he tenido en mucho tiempo..."

-¡¿Tuviste sexo con mi madre?!

-Ella me sedujo, te lo juro, ella fue la que se lanzó sobre mí y por más que lo intentaba no podía impedírselo.

"Eres un gran chico, en verdad me dolió hacerte esto, pero no tuve opción, eras el más indicado. Verán, mi historia comienza hace cientos de años, cuando era una chica joven, la más bella de todo mi pueblo, todos los hombres estaban detrás de mí, pero como a todo el tiempo comenzó a cobrarme factura, mi belleza empezaba a desvanecerse y mi piel se arrugaba. Yo quería mantenerme como estaba, me acerqué a una bruja del bosque, una anciana horrible y descuidada, tenía buenas referencias, pero cuando le planteé mi situación, ella se negó, dijo que la belleza era algo que debía ser extinguido, si durara para siempre sería se volvería horrendo.

Al final aceptó ayudarme, advirtiéndome que tendría que sacrificar parte de mi humanidad. El conjuro funcionó, a medias, detuvo mi vejez por unos años, pero pronto volvió y regresé con la bruja, se burló de mí y me advirtió que ahora tendría que dar mi belleza como tributo, para mantenerla, me entregó un elixir, uno que enamoraría y prepararía a los hombres para mí. Una vez que encontraba al sujeto indicado, arrojaba una gota del elixir en su comida, el hombre se enamoraba perdidamente de mí y deseaba ser como yo, sus hormonas comenzaban a cambiar, dejando de ser hombre para volverse lo más parecido a una mujer... La primera vez fue difícil, lo hice con uno de mis amantes, vi sus cambios lentamente, su cabello, su complexión, oh sí, fue complicado, y finalmente en el instante en que consumé su transformación.

Para obtener la juventud debo tener relaciones con un hombre, hacer que acabe dentro de mí y con ello recobrar lo que me pertenece. Lamentablemente, el chico pierde toda su masculinidad y termina por convertirse en toda una mujer."

-¡Fue eso! ¡Tu madre me convirtió en una mujer! ¡Ella me usó!

-Eso... Yo no... -Quería decir Teffy.

"Así he sobrevivido por cientos de años, apoderándome de la juventud, de los hombres que caen sobre mis redes... Al momento de que su semen entra en mi cuerpo, todo rejuvenece, e incluso descubrí que puedo absorber sus conocimientos y habilidades. Estefanía, cuando conocí a tu padre en verdad quería detenerme, él era especial, en verdad lo amaba, incluso más de lo que me amaba a mi misma, quería pasar toda mi vida a su lado, morir finalmente y descansar. Pero las cosas no salieron como quería, él deseaba tener una hija, en verdad lo anhelaba, lo único que pensaba era en su descendencia y las cosas que haría con ella. Le conté lo que sucedería y a él no le importó, decidió correr el riesgo y bueno, ¿Recuerdas a la chica que te cuidaba cuando eras más joven? Ella es tu padre. A lo largo de mi vida he amasado una fortuna tan grande que es imposible que se agote, cuando tu padre se transformó yo prometí no volver a rejuvenecer.

Pero entonces trajiste a Marcus, ese chico era todo lo que yo quería, era inteligente, carismático y responsable, cualidades de las que podía apoderarme. Comencé a darle el elixir los días que venía a comer a la casa, lentamente sus miradas dejaban de ser para ti y se dirigían hacia mí, no lo culpes, él solo era un peón más, si quieres estar enojada es conmigo. En verdad te amaba, tuve que esforzarme mucho más que con cualquier otro, lamentablemente fue inevitable que se acostara conmigo.

Marcus, aprovecha tu nueva vida como chica, tienes un futuro prometedor, decidí dejarte un poco de inteligencia y amabilidad, añadí la lujuria de uno de mis amantes pasados, ya que era algo que no quería conservar, lamento eso. No te preocupes por tu familia, hice que un abogado les haga llegar una notificación de que moriste en un accidente de auto y que el seguro les pagará una fuerte suma de dinero. Llama al número que dejé en la nota de la cocina, es de un amigo que te conseguirá papeles para que seas una mujer ante la ley, usen la cuenta que les asigné, tienen unos cuantos millones, es lo menos que puedo hacer. ¡Gracias por todo!

P.D. No me busquen, si lo hacen, les congelaré la cuenta y vivirán en la calle. Feliz nueva vida."

Después de ello no pude evitar llorar, ambos quedamos en shock, nos abrazamos, no podíamos creer que hubiera alguien así de malvado. Teffy se sentía traicionada, utilizada por su propia madre y yo, ya no tenía opciones. Me quedé a vivir en la casa de Estefanía, fue extraño al principio, intenté reconquistarla, pero se negó, dijo que las mujeres nunca le interesaron y que era mejor que nos viéramos como amigas. Me ayudó a adaptarme a mi nueva vida, después me informó que mi familia había recibido el dinero y que me enterraron en un panteón cercano. Teffy me mostró la manera en que se debe comportar una mujer, sus puntos sensibles y los cuidados en el periodo.



Y ahora aquí estoy, en la playa, unos años después, usando un bikini en una playa rodeada de hombres, gastando la fortuna que mi suegra me dio. Debo apurarme, tengo que calmar esta lujuria que me está quemando.

Sin nada más que decir, nos vemos en la próxima ❤️ si les gustó no olviden dejar un comentario o alguna idea para futuras historias.




Comentarios

  1. Vaya,vaya Danna, creo que tenemos unajoyita de historia. Me gusta como escribes , quiero ver la continuación!

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